A medida que vamos creciendo, comienzan los desafíos… alejarnos del pecho de mamá, empezar a sostenernos en nuestras propias piernas, caernos, levantarnos, llorar porque queremos abrazos, mimos, besos, llorar por hambre, por dolor, reir copiando la sonrisa de mamá, esperar los brazos o a veces desgraciadamente los destratos… y comenzamos a no entender, a fabricarnos la armadura, a escapar del miedo, a cansarnos, a dudar de nuestra propia capacidad.
Comienza la vida social… los hermanos, los familiares, los no conocidos, los amigos, el colegio, los maestros, la calle, las obligaciones, la diversión… la vida…
Empezamos una vertiginosa carrera que generalmente se inicia con gran alegría y muchos apoyos… y vemos que en esa carrera, algunos desisten, otros apenas corren, otros se juntan como rebaño y van atrás del que va primero… corren cada vez más para tratar de seguir en carrera y alcanzar al líder… pero se pierden las maravillas del camino, porque sólo miran para adelante…
Alguno que puede ver más, se empieza a distanciar, se encuentra más solo, con sorpresas, precipicios, curvas desconocidas, problemas, caídas y hasta ganas de no seguir caminando porque piensa que “no vale la pena.
Pero si, si, que vale la pena…
Dice el padre Alan Jones, un despertador amigo: son necesarias las 4 fuerzas invisibles, casi angélicas para caminar: el amor, la muerte, el poder y el tiempo.
Es vital amar, porque si no dejamos de existir.
Es vital la conciencia, de la muerte, para entender, bien, la vida.
Es vital luchar para crecer, pero sin dejarnos engañar por el poder que acompaña el crecimiento.
Es vital aceptar la telaraña del tiempo con sus oportunidades y limitaciones.
En nuestro camino, nuestro cuento, tenemos que hacer lo posible, para valorar cada segundo, descansar cuando lo necesitamos y continuar en dirección hacia la luz, sin paralizarnos en los momentos oscuros de grandes angustias.
En nuestra alma, está el alma del Universo… Por eso, en estos tiempos plagados de desencuentros y zancadillas un amigo leal, tiene un valor inapreciable y sanador…
Nos da esa paz para ver lo mismo, desde puntos de vista diferentes… la amistad no tiene deudas pendientes con el pasado, sólo construye un tiempo continuo y presente. Se acepta y se quiere.
Es un testigo que está de nuestro lado… no trata de modificarnos, no, nos pone plazos, no nos angustia con el futuro de la relación… nos acepta y nos quiere… son testigos que están de nuestra parte… eso es un amigo… no les parece?? Amigos????? Son joyas únicas…
Despertador NE - Cris Morena - Casi Ángeles